La agricultura del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa: fuente de conservación y de paisaje

Naturaleza

La agricultura del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa: fuente de conservación y de paisaje

14 Jun

Factores principales que caracterizan la agricultura del Parque Natural

La distribución geográfica de los usos agrarios del suelo es resultado de la interacción de diferentes factores, de los que destacan la orografía, la climatología y la edafología. El Parque Natural se encuentra ubicado en una zona de media montaña con elevada diversidad de relieves, orientaciones y altitudes (300-1027 m).

El elemento más relevante de la climatología del Parque Natural es la elevada precipitación que oscila anualmente entre los cerca de 900 mm en el sector este y los más de 1.000 mm en casi todo el resto del territorio. En latitudes similares a las del Parque Natural, estos valores se pueden considerar habituales en zonas de montaña por encima de 1.000 m de altitud, pero el hecho de que se registren en zonas con altitudes de entre 300 y 600 m representa una singularidad específica de la zona.

El otro factor clave que condiciona el potencial agronómico es el suelo. La geología volcánica de la zona ha condicionado el desarrollo de unos suelos con unas características edáficas singulares. Los suelos de origen volcánico proporcionan unas propiedades de elevada fertilidad con una excepcional capacidad de retención de nutrientes. Un 31% de las 3.572 ha de suelos de origen volcánico del Parque Natural tienen usos agrarios. Estos suelos presentan unas características particulares y no se encuentran en ningún otro lugar de la Península Ibérica, lo que requiere una gestión agraria específica para su conservación.

La agricultura y la ganadería que se desarrolla en el Parque Natural

La agricultura presente en el Parque Natural tiene un fuerte vínculo con la ganadería, que representa la actividad principal en más del 90% de las explotaciones agropecuarias. Este hecho incide de manera trascendente tanto en los tipos de cultivos y pastos implantados como en su manejo. Predominan los cultivos por aprovechamiento forrajero y los cultivos para grano se destinan principalmente a la elaboración de pienso para la alimentación animal. Los cultivos más habitualmente implantados son los cereales de invierno, el raigrás, el maíz y el sorgo, mientras que en relación a los pastos estos pueden ser naturales o bien provenientes de una siembra con varias especies.

En las explotaciones ganaderas del Parque Natural hay una elevada variabilidad tanto de orientaciones productivas como también de sistemas productivos implantados en cada una de estas orientaciones. En general, las explotaciones que predominan son las de vacuno de carne (33%) y las de ovino y caprino (21%), basadas en un sistema productivo de elevada extensividad, en el que el ganado aprovecha los recursos que ofrece la tierra de la manera más natural posible. El eje principal de esta ganadería gira en torno a los pastos como principal fuente de alimento de los animales. Toda esta información se encuentra ampliada en la publicación "La agricultura y la ganadería del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa", que ha culminado con la iniciativa "Fet al Parc".

Interés ambiental de los espacios agrarios del Parque Natural y distribución en el territorio

Los valores naturales y ambientales, la biodiversidad y la belleza de los paisajes son algunos de los máximos exponentes del Parque Natural. Estos elementos se reflejan en los campos de cultivo, los pastos, los volcanes, los bosques, las montañas y los cursos fluviales y son producto de un proceso evolutivo conjunto de sistemas naturales y de usos humanos, así como de la sabia combinación de las actividades agraria, ganadera y forestal.

De toda la superficie del Parque Natural (15.309 ha) el 71,9% es zona forestal con predominio de encinares, robledales y hayedos, que ocupan principalmente las zonas más montañosas y de más pendiente, mientras que los espacios abiertos con usos agrarios del suelo ocupan principalmente las llanuras de fondo de valle. Sin embargo, en zonas de transición es habitual que estos diferentes usos del suelo se combinen de forma irregular formando un paisaje en forma de mosaico, que es el resultado de un proceso evolutivo conjunto de sistemas naturales y de usos humanos.

En una zona con predominio de bosque, los espacios abiertos aumentan la diversidad de ecosistemas, contienen especies vegetales y animales específicas y dependientes de estos hábitats y aportan funciones ambientales diversas. Los espacios abiertos del Parque Natural están ocupados principalmente por cultivos extensivos, con 2.522 ha, y por pastos, con 1.321 ha, y también están presentes la huerta (8 ha) y los frutales (6 ha). El conjunto de usos agrarios ocupa una superficie de 3.857 ha, lo que supone más del 25% de toda la superficie del Parque Natural. La relevancia de este sector es el elemento causante de que, desde el órgano gestor del Parque Natural, se trabaje en el área agraria, tanto en lo relativo a la mejora del conocimiento agronómico como también a las externalidades generadas por el actividad agraria vinculadas a la conservación del medio natural.

De todos los usos agrarios del suelo presentes en el Parque Natural es en los pastos donde se presenta una mayor diversidad de especies de flora y fauna, y éstos tienen un manejo con un bajo grado de intensificación, aspectos que justifican que se consideren hábitats de elevado interés ecológico. Además, mientras los cultivos se encuentran habitualmente en el fondo del valle, los pastos a menudo ocupan espacios de ladera y de media montaña, entre zonas forestales, favoreciendo de esta manera la formación de un mosaico de hábitats de elevado valor ambiental y paisajístico .