Poco después de graduarse de la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura del Vallès, Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta regresaron a Olot, su ciudad de origen, rodeada de cuatro volcanes dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. La proximidad del despacho con la naturaleza ha sido una influencia clave en su sensibilidad arquitectónica. Es el reconocimiento del lugar como fundamento de una mirada, una identidad y un hacer.

Su obra, especialmente la obra temprana, se sitúa mayoritariamente en la provincia de Girona y en Cataluña, aunque también en la vecina Francia y, recientemente, en Bélgica o Dubái. En ese hacer en un territorio marcado por la geografía, el paisaje y por la cultura, surge una arquitectura que honra y valora su origen, pero al mismo tiempo interviene en él con una gran libertad formal que ha sabido combinar la interpretación del lugar con referencias e influencias globales que convierten sus diseños en una arquitectura universal. En las obras que se pueden visitar en La Garrotxa se citan la arquitectura tradicional y el paisaje volcánico con referentes internacionales como el arquitecto finlandés Alvar Aalto, el alemán Ludwig Mies van de Rohe o la arquitectura tradicional y contemporánea japonesa, pero también se inspiran en el Land Art del artista americano Richard Serra o el pintor francés Pierre Soulages, por mencionar solo a algunos.
 
El crítico de arquitectura Josep Maria Montaner apunta algunos temas claves en su obra, al considerarles "maestros en crear espacios exteriores e interiores, al grado que han continuado tenazmente la línea de la arquitectura moderna, rompiendo las barreras entre el exterior y el interior. Han perfeccionado la habilidad de crear filtros y espacios de transición que no responden a la clásica dualidad de dentro-fuera" [1].
 
En 2013 se constituye RCR BUNKA Fundación Privada, una entidad sin ánimo de lucro creada por RCR Arquitectes con el mismo espíritu de su obra. Consideran que el arraigamiento en el paisaje ligado al carácter de su territorio enriquece la memoria histórica de éste. Su valor como patrimonio de interés general del país y en particular de la Garrotxa, en un momento donde los cambios en la sociedad se producen de manera muy rápida, lleva a pensar en la necesidad y el acierto de velar para la conservación de este patrimonio.
 
La Fundación tiene por objeto estimular socialmente la valoración por la arquitectura y el paisaje e implícitamente, las artes y la cultura en sectores cada vez más amplios de la sociedad. Igual que el despacho de arquitectura apostó en su día por establecerse en Olot, la Fundación quiere establecer un punto de actividad cultural humanista independiente lejos de los centros tradicionales de las grandes ciudades, participando así de la descentralización de la cultura y en la formación de nuevos modelos de intercambio.
 
Para el cumplimiento de sus fines, la Fundación, entre otras actividades, y sin ánimo exhaustivo, promueve, organiza y participa en las actividades como exposiciones y ediciones de todo tipo y formato, becas y ayudas para trabajos, concursos, programas de investigación y premios, fórums, seminarios, talleres, cursos, laboratorios, conferencias, coloquios, debates y mesas redondas. También ofrece visitas guiadas al Espai Barberí que tiene sus puertas abiertas durante el mes de agosto, coincidiendo con el Workshop Internacional de Verano.
 
RCR Arquitectes invita a asomarse al universo de la creatividad compartida. ¡Bienvenidos!
 
[1] Montaner, Josep Maria. “The World of RCR”, El Croquis 162, 2012